jueves, 24 de septiembre de 2015

Carta para una flor



Hola, si estás leyendo esto, quiere decir que el sistema de correo que ya nadie utiliza, aun funciona, pero eso no es  importante. Son justo las 2:22 de la mañana del viernes 11 de septiembre de 2015, me siento muy triste y he llorado bastante; si recuerdas,  acabamos de discutir (por una tontería). Estoy solo en mi departamento, aquel que en ocasiones convertíamos en cine, tirados sobre alguna cama,  donde simplemente nos recostábamos y nos mirábamos, no decíamos mucho, porque en realidad no era necesario, bastaba con que nuestros labios chocaran para saber y descifrar que era mejor besarnos y abrazarnos, que charlar sobre cualquier otra cosa (¿recuerdas?).
No sé en qué situación nos encontremos actualmente, porque sinceramente no sé cuánto tiempo tarde esta carta en llegarte, podría ser al día siguiente y tal vez sigamos enojados con nosotros mismos; podrían ya haber pasado algunos días, y probablemente no nos hayamos visto aun. Pudieron haber pasado semanas, y tal vez ya nos encontramos de nuevo, pudimos habernos besado y abrazado nuevamente; tal vez ya fuimos de compras ( aunque nunca comprábamos mucho, excepto la vez que compraste atún, la intención siempre era pasar un rato juntos). Pudimos habernos acariciado nuevamente (por cierto, mis cobijas pasaron de estar limpias a iniciar un nuevo lapso de suciedad). A lo mejor ya somos novios, nos queremos mucho, y pronto viajaremos juntos a algún lugar, o contrariamente, pudiste terminar odiándome queriendo no saber nada de mí nunca más. Puede que seamos los mejores amigos (aunque en el interior deseándonos el uno a otro); a lo mejor han pasado muchos días, incluso meses, y podríamos no haber cruzado palabra alguna, podemos no saber que ha sido uno del otro. Posiblemente alguno de los dos (o los dos al mismo tiempo) tenemos alguna pareja con la cual estemos intentando algo nuevo, y nos mantenemos al tanto de cómo vamos cada quien respectivamente, incluso podríamos estarnos aconsejando cuando algo vaya mal con la otra persona.  Tal vez alguno de los dos ya cambio de residencia (por trabajo, por estudio, por aventura o por capricho). A lo mejor ha pasado tanto tiempo que te has convertido la mejor abogada de entre muchos otros y ahora sigues estudiando y teniendo éxito (siempre supe que pasaría así). Tal vez seguimos estando solos, queriéndonos a veces, pensándonos todas las noches, a distancia, pensando que pudo haber pasado si nos hubiésemos permitido construirnos el uno al otro. Puede que ya hayan pasado muchos años, y aunque tienes en tus manos esta carta no has querido abrirla ni leerla, o tal vez el día que la recibiste, la rompiste y nunca la leíste.
Recuerdas las Alhelís que te plante, quiero que sepas, que la que tengo yo, cada día está más grande, yo pienso que en dos semanas más florece. Aun no abro el Cd de Porter que me regalaste, tengo miedo de maltratarlo o de que algo le pase, en verdad lo aprecio mucho. Aún conservo las entradas del cine (deberíamos ir el próximo domingo, después de eso podemos pasar a comer unos tacos ahogados). Hoy no tengo ganas de ir a trabajar, ni mañana ni pasado, pero necesito dinero, es por eso que sigo trabajando en el  mismo bar de hace seis años. Muchas veces pensé en renunciar para poder pasar los fines de semana contigo, pero si hacia eso, no podríamos haber ido al cine, o a cenar tacos de al pastor, o beber una michelada o salir de compras, valía la pena soportar unas cuantas desveladas para pasar un rato ameno contigo  durante la semana.
Quisiera contarte acerca de cómo  y dónde estoy, que es lo que he hecho y a que me dedico actualmente, pero sinceramente no sé qué sea de mí en el momento que te encuentres leyendo esto. A lo mejor estamos leyendo esto juntos, llorando como lo hago yo en este momento. Puede que seamos viejos, y ya hayas leído esta carta miles de veces, y que posiblemente nos encontremos juntos, cuidando hijos o nietos, y narrándoles algunas de nuestras historias y leyéndoles está carta en el pórtico de la posible casa que construimos cerca de la playa. Probablemente todo lo que pensé que podría haber pasado, paso, o a lo mejor nunca nada paso, es difícil saberlo con certeza.
¿Sabes? Creo que independientemente del tiempo que ya haya pasado e independientemente de la situación en la que nos encontremos, sigo queriéndote mucho (bastante, rebasando el umbral del “te amo”).  Creo que este sentimiento no cambiara en mucho tiempo.
 Tenías razón, cuando me dijiste que es mejor escribir a mano y en una hoja tangible (espero que la tinta no se haya corrido con alguna de mis lágrimas que mojo el papel, de ser así, una disculpa de antemano) ahora mismo puedo sentir como se impregna un poco de lo mucho que te quiero, pero con tinta, es como un tatuaje mental, no puedes verlo, pero se siente intensamente.
No sé qué más decirte, si estamos juntos permíteme decirte que eres hermosa, que tus besos son una de la razones que me hace sentir que sigo viviendo cada día que pasa (aunque no estemos juntos, recordarlo me hace sentir lo mismo). Si por alguna razón no nos volvimos a ver, quiero que sepas que no te olvido, que te llevo siempre conmigo, que cada que me acuerdo te recuerdo. Si hace mucho tiempo que no nos vemos, seguramente estoy sintiendo unas ganas inmensas de abrazarte. Si nos mantenemos en comunicación pero vivimos lejos el uno del otro, ven, te invito o invítame, recuerda que siempre quisimos viajar. Si alguna vez público o publicare un libro, deberías saber que por lo menos la mitad está o estará  relacionado contigo, conmigo y con lo que alguna vez hicimos.
Espero que esta sea más de la primera vez que leas (o leamos) esta carta. Espero que nos encontremos en otro país, reafirmando que habernos conocido fue lo mejor que nos pudo haber pasado. Espero que lo difícil que ha sido mantenernos juntos haya valido la pena (yo confió en que fue así).
Bueno ya pasa de las 4:00 de la mañana, quisiera poder seguir escribiendo todo lo que estoy pensando, pero mis ojos se cierran, y así no puedo. Me despido de ti Alhelí (o de la o las personas que estén leyendo esto), haciéndote saber que cualquiera que sea nuestra situación, cualquiera que sea la fecha (año, día, mes,) y en cualquier lugar que nos encontremos, te quiero, te extraño, mucho, tanto como un 28 de Octubre de 2014.

Luis Felipe Luna

3 comentarios:

  1. Wooooooooooooow :3
    Simplemente me encanto!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Reyna!! :3 a veces la tristeza no es tan mala, o si, pero te ayuda a descubrirte a ti mismo :) Saludos!!!!

      Borrar